domingo, 16 de septiembre de 2007

Desde que te conozco
puedo leerme en tus pupilas;
Desde que te acaricio
he descubierto el placer
 de mis propias caricias,
el valor de la piel,
del contacto indefinido,
del contacto infinito.
Desde que caminas sobre mis pies
y yo sobre los tuyos;
la vida es una danza de dos 
que me gusta bailarla contigo.

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